Capisa difunde entre su plantilla medidas para la prevención de incendios

Este mes de mayo se ha celebrado el Día Mundial del Combatiente de los Incendios Forestales, ocasión que la Dirección de Calidad de Capisa ha aprovechado para difundir entre la plantilla de la empresa un catálogo de medidas de prevención de los incendios y material para fomentar entre los trabajadores el arraigo de la cultura de la prevención.

El año 2017 ha sido el año con más hectáreas arrasadas en el último lustro y el segundo peor del decenio, solo superado por 2012, según datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA), que señala que entre el 1 de enero y el 30 de noviembre han ardido un total de 176.587 hectáreas, casi el doble de la media de los últimos diez años (87.385,35), lo que en el caso de Canarias ha afectado al 1,1% de la superficie forestal.

Las medidas difundidas son las siguientes:

  1. No abandonar residuos que puedan provocar un incendio
    Abandonar residuos como botellas y objetos de cristal, que actúan como una lupa, papeles u otro material combustible puede acabar en tragedia. Especialmente peligroso es fumar en el bosque o en sus alrededores: no se deben arrojar colillas o cerillas, ni siquiera a la carretera por la ventanilla del coche, porque el viento puede transportarlas y activarlas. Lo mejor es no fumar, pero si no se puede evitar, usar un recipiente para las cenizas, apagar bien la colilla y recogerla.
  2. No hacer fuego en época de incendios
    El 95% de los incendios forestales son provocados por el ser humano, en su gran mayoría por negligencias. Entre el 1 de junio y el 1 de noviembre es la época de mayor riesgo de incendios y sobre todo, el mediodía y el atardecer y los fines de semana de julio y agosto. Cualquier pequeña chispa o llama pueden causar un desastre. Por ello, no hay que hacer fogatas o barbacoas ni quemar rastrojos o demás restos agroforestales.
  3. Actuar con precaución en zonas de riesgo
    En las zonas de riesgo de incendio hay que ser muy precavido. Es recomendable que en las viviendas de dichos lugares no se pongan setos de especies que ardan con facilidad (arizónicas, cipreses, etc.), no se construyan barbacoas en sus límites o no utilizarlas en los días de viento y de mayor riesgo, y depositar los residuos en los contenedores o vertederos habilitados. Sus propietarios deberían aprobar un plan de autodefensa (instalar depósitos de agua e hidrantes en las calles, mantener los caminos aledaños despejados de vehículos y vegetación, etc). Las personas que salgan a la naturaleza deberían conocer bien el entorno y los diferentes caminos, no salirse de los lugares señalizados e intentar ir por zonas con visibilidad.
  4. Evitar el uso del coche o aparatos mecánicos
    Los coches o cualquier otro vehículo de combustión deberían aparcarse en aparcamientos habilitados o, al menos, en zonas despejadas de pastos o matorral. El tubo de escape en contacto con matorrales secos podría generar un incendio. Y no hay que utilizar desbrozadoras, motosierras o cualquier otro aparato mecánico que pueda provocar chispas o calor intenso.
  5. Invertir en gestión forestal
    La prevención mediante una correcta gestión forestal evitaría los grandes incendios forestales. Es imprescindible actuar de manera directa sobre las causas que los provocan y evitar que se repitan año tras año. Es necesario una mayor inversión en selvicultura preventiva.
  6. Aumentar la concienciación ambiental
    El 95% de los fuegos forestales son provocados por el ser humano, en su gran mayoría por negligencias. Concienciarse de los riesgos y las consecuencias de un incendio forestal puede ser la mejor forma de acabar con ellos. También es importante asumir una actitud activa: compartir con las personas cercanas los consejos para evitar un incendio, avisar a las autoridades públicas de vertidos en el monte y retirar residuos susceptibles de provocar un fuego, apagar bien fogatas abandonadas, etc.
  7. Aplicar la ley y aumentar los controles
    La normativa medioambiental se debería aplicar en todo su rigor contra quienes provocan incendios forestales. Asimismo, se necesitan más medios humanos y técnicos para impedir estos delitos o al menos que no queden impunes, así como para extinguirlos con el menor impacto posible.
  8. Saber reaccionar ante un incendio
    Si se ve un incendio o una columna de humo, el tiempo es vital: hay que telefonear de inmediato al 112 de Emergencias o al 062 de la Guardia Civil y dar el mayor número de datos posibles. Para que el incendio no nos dañe, es esencial huir lo más deprisa posible en contra de la dirección del viento o por un lateral, nunca ladera arriba ni hacia barrancos u hondanadas, buscar un claro y si se va en coche, cerrar las ventanillas. Si se colabora en las labores de extinción, no hay que quedarse solo y hacer siempre caso a los expertos o personal autorizado.