La suspensión de pagos de Sialsa no sólo ha hecho temblar a la ganadería grancanaria. Los productores de pienso advierten de que sin el sustento de la fabricante de Sandra, muchos otros negocios locales ligados al frágil sector primario de la Isla quedarían seriamente tocados.
La frágil cuerda en la que hace equilibrios el sector ganadero canario se ha deshilachado aún más con la entrada en proceso concursal de Servicio Insular de Abastecimiento SA (Sialsa), empresa propiedad de Kalise-Menorquina. Y junto al sector primario se tambalean otros muchos negocios, como los ligados al transporte, la logística, las infraestructuras para el ganado, o los consumibles.
El gerente de la Compañía Canaria de Piensos (Capisa), reconoce que la quiebra de Sialsa también ha puesto en jaque a este sector. El 15% de la facturación de esta empresa líder en la alimentación de ganado depende de las compras de las explotaciones de la cabaña de vacas lecheras, explica el gerente de esta compañía, Samuel Marrero. Y a su vez, Sialsa se abastece de en torno al 40% de la producción lechera de la Isla. De hecho, la progresiva caída de las compras de Sialsa en los últimos años, llegó a absorber en torno a un 75% de la producción de leche antes de que el Cabildo grancanario la privatizara, en 2005, ha coincidido con el descenso lento e imparable del número de vacas lecheras.
De momento, los administradores concursales nombrados por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Las Palmas, han congelado los pagos adeudados por Sialsa previstos hasta el 15 de febrero, cuando entró en la fase concursal, y se han comprometido a cumplir los plazos a partir de esa fecha.
A la incertidumbre sobre la capacidad de Sialsa de sobrevivir a sus deudas, que se estiman en unos 9 millones de euros, se une además, el retraso en el pago a los ganaderos de las ayudas Posei por la producción de leche en el segundo semestre de 2010, que asciende a unos siete millones de euros, y que tenía que haberse materializado a mediados del pasado año.