Más de 1.500 cerdos procedentes de Fuerteventura, sacrificados en Gran Canaria por la mala gestión del matadero insular
– Esta semana se producirá el traslado de otros doscientos animales por la baja de dos trabajadores de la Instalación
– Los ganaderos avisan de que podrían protagonizar un plante si el Cabildo majorero no mejora la gestión
– El presidente de la Corporación, Mario Cabrera, informado desde junio, no ha accedido a reunirse con el sector
Los productores de porcino de Fuerteventura denunciaron hoy que desde el mes de julio se han visto obligados a trasladar más de 1.500 cerdos a Gran Canaria para su sacrificio, debido a la mala gestión del matadero insular por parte del Cabildo majorero. Los ganaderos avisan de que podrían protagonizar un plante y detener la producción si la situación se mantiene.
Esta semana habrá que desviar más de trescientos animales a Gran Canaria, puesto que el matadero ya ha anunciado que hay dos bajas por enfermedad y no será posible sacrificar cerdos ni el jueves ni el viernes. La Sociedad Atlántica de Productos Ganaderos muestra su preocupación debido a que los empresarios están asumiendo el sobrecoste que supone trasladar a otra Isla centenares de animales, debido a la negligencia de la Corporación insular.
Desde el verano se viene produciendo una saturación de las dependencias de esta instalación de ámbito insular, que se encarga del sacrificio del ganado porcino, caprino, cunícola y aviar de Fuerteventura. Los ganaderos de Fuerteventura han tenido que responsabilizarse desde junio del coste del transporte de estos 1.500 animales y de las piezas obtenidas, y asumir un desembolso adicional que añadir a las propias labores de sacrificio.
Los responsables de la gestión del matadero han tenido que priorizar a unos animales respecto a otros, lo que conduce a la acumulación de decenas de ejemplares en lista de espera para su sacrificio. A la mala previsión se unen ahora estas dos bajas por enfermedad, que amenazan el suministro de carne en la Isla y están suponiendo cuantiosas pérdidas para el sector.
El presidente del Cabildo, Mario Cabrera, ha sido informado por los ganaderos desde el mes de julio, y en ningún caso ha aceptado reunirse con ellos para dar una salida consensuada al problema, pese a que Fuerteventura cuenta con la mayor explotación de porcino de las Islas, que emplea a más de diez personas.
Problemas desde 2008
Desde hace cinco años, el colectivo observa que las dependencias de esta instalación de ámbito insular no son capaces de asumir en tiempo y forma la labor de sacrificio de ganado, a pesar de la cuantiosa inversión que ha supuesto a las arcas públicas su puesta en funcionamiento y posterior renovación.
El matadero insular constituye un servicio público que ha de prestarse obligatoriamente, y por el que las instituciones perciben unos ingresos a los que el Cabildo de Fuerteventura está renunciando en pleno proceso de ajuste, y que los ganaderos están dispuestos a abonar.
Según remarca el sector, las dificultades provienen de los horarios de trabajo del personal que trabaja en este servicio, que se viene reduciendo incomprensiblemente desde el año 2008, y mantiene inactivas durante la mayor parte del día unas instalaciones que han supuesto un desembolso millonario, efectuado en parte con cargo a fondos provenientes de la Unión Europea.
De hecho, los mataderos son las únicas instalaciones con garantías sanitarias y los requisitos necesarios para esta labor, y los ganaderos que no se ajusten a ellas habrían de afrontar cuantiosas multas. Con decisiones de este tipo, se está favoreciendo a la proliferación de matanzas clandestinas de animales.
Mayor explotación
En Fuerteventura se encuentra la granja de porcino de mayor producción de Canarias, con más de quinientas madres reproductoras y un censo total de más de 6.000 animales, que se distribuyen para toda Canarias, que depende del matadero para poder realizar la venta de sus productos.
Ya a finales del pasado mes de marzo, se telefoneó a ganaderos de la Isla para comunicarles que, por un problema derivado de la gestión de los residuos, se interrumpiría el trabajo por tiempo indefinido. Gracias a la presión ejercida por el sector, se logró dar solución a un problema que vuelve a repetirse.
Esta situación no solo supone una merma en los ingresos de las empresas debido a una actuación muy cuestionable de la Corporación, sino que podría llevar al desabastecimiento de carne tanto de porcino, generando múltiples dificultades añadidas a un sector que de atraviesa una situación muy delicada.